Abbé Pierre: el ángel de los pobres
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Un sacerdote francés se encuentra con un hombre que había intentado suicidarse. Ese encuentro le marcó y decide dedicarse a proporcionar viviendas para las familias que vivían en la calle. En 1949 crea el primer hogar de la Comunidad de Emaús. El joven sacerdote era Henri Groués, más conocido como Abbé Pierre.
Este sacerdote es el fundador de los Trapero de Emaús. Nació en Francia en 1912 en el seno de una familia rica y acomodada, pero renuncia a su fortuna para ser sacerdote y debido al encuentro con el hombre que había intentado suicidarse, vio que tenía que dedicarse a los más necesitados.
Creó la primera comunidad, pero el oficio de “trapero” nació por necesidad. Abbé Pierre se quedó sin dinero para poder seguir con su labor, por lo que decidió que algunos de los que vivían en las casas de los traperos se dedicase a recoger y arreglar objetos que la gente desechaban. En ese momento fue cuando nació la labor más conocida de los traperos.
Pero no fue hasta 1954 cuando se dio a conocer Abbé Pierre. El uno de febrero de ese año el fundador de los traperos consiguió que le dejasen hablar en directo por la Radio Luxemburgo. A través de sus palabras consiguió crear un sentimiento de la solidaridad en el corazón de los franceses. La “Insurrección de la bondad” es como se conoció al discurso de Abbé Pierre. A través de la radio explicó como la gente pobre y sin hogar estaban muriendo por no tener un techo o una alimentación correcta.
Abbé Pierre:
“Una mujer acaba de morir congelada esta madrugada en la acera del bulevar de Sebastopol, manteniendo aún aferrada a su mano la notificación judicial de expulsión de su domicilio. No podemos aceptar que sigan muriendo personas como ella. Cada noche son más de 2 000 personas soportando el hielo, sin techo, sin pan, más de uno casi desnudo; para esta misma noche es necesario reunir 5.000 mantas, 300 grandes tiendas de campaña, 200 ollas. Venid los que podáis con camiones para ayudar al reparto […] Al Hotel Rochester, calle Le Boétie 92. Imploro, frente a los hermanos que mueren de miseria, aumente en nosotros el amor para hacer desaparecer esta lacra. ¡Qué tanto dolor despierte el alma maravillosa de Francia!”
Después de esta denuncia pública la sociedad francesa se volcó y emprendió una guerra contra la pobreza y la miseria. El éxito fue abrumador ya que miles de ciudadanos acudieron a la llamada de Abbé Pierre. El ejercito proporciono tiendas y carpas para que los pobres pudiesen refugiarse del frío y dormir bajo un techo, mientras que los parisinos les dieron alimentos y leña para las estufas. La llamada de la “Insurrección de la bondad” fue escuchada también por el Parlamento y el gobierno.
Abbé Pierre murió en 2007, pero su frase: “Servir primero al que más sufre es la única fuente de paz verdadera”, siempre quedará para la posteridad.