MUNICIPIO DE LLORO
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Imagine vivir en una ciudad donde llueva casi todo el tiempo. Donde los días que se adjetiven como “secos” sean menos de 40 al año, donde los techos suenen incesantemente con el caer de las gotas gigantes y en la cual sus habitantes se hayan resignado finalmente casi a mutar en humanos con extraordinarias capacidades anfibias. Suena a ciencia ficción, pero no, ese lugar existe y se encuentra en sud américa, se llama Lloro y es en Colombia.
Con aproximadamente 12.000 habitantes y a 260 kilómetros al suroeste de Medellín y escondido justo en la mitad de esa franja fértil de tierra entre la costa caribeña y el océano pacifico, parece ser uno de esos pueblos Colombianos sacados del realismo mágico de CIEN AÑOS DE SOLEDAD de Gabriel García Márquez. Un reflejo del Macondo chorreado, acuoso ese que Gabo describe como una justicia divina tan propia del boom latinoamericano de los 60s y 70s.
Es allí mismo Lloro donde las altas, bajas, medias y todas las presiones hacen una especie de magia meteorológica para que el cielo termine cayendo en forma líquida sin cesar, todos los días todo el tiempo. Según mediciones del Instituto de hidrología, meteorología y estudios ambientales de Colombia y el national oceanic and admospheric administration (NOAA) DE Estados Unidos, Lloro es el lugar más lluvioso en todo el mundo con un promedio de 13.284 milímetros d precipitaciones al año. En números simples son más de 13 metros de lluvia en doce meses equivalente a la altura de un edificio de cinco pisos, o un tercio del tamaño del cristo redentor de en Rio de Janeiro. Ahora bien, dada la dispareja periodicidad de las mediciones y las distintas fuentes que reclaman el primer lugar, se trata de un trono también disputado por Mawsynram en India, (11.871 mm) y el monte Waialelale en Hawai (11.684mm).